En
su última misa en Cuba, el papa Francisco llamó a la Iglesia a "sembrar
reconciliaciones"
El pontífice brinda
una homilía en la basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre, donde invitó a
"la revolución de la ternura"; luego conversará con familias en la
Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Santiago; por la tarde viajará a
Estados Unidos. En la homilía, el
Papa invitó a los fieles a "vivir la revolución de la ternura con María,
madre de la caridad. Como María,
queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de sus templos,
de sus sacristías, para acompañar la vida, sostener la esperanza, ser signo de
unidad de un pueblo noble y digno", expresó. Como María,
queremos ser una Iglesia que salga de casa para tender puentes, romper muros,
sembrar reconciliaciones", dijo Francisco, en un caluroso día caribeño y
ante la presencia de Raúl Castro, el vicepresidente Miguel Díaz-Canel, el
ministro de Exteriores Bruno Rodríguez y otros altos funcionarios."Como María,
queremos ser una Iglesia que sepa acompañar todas las situaciones embarazosas
de nuestra gente, no borrándonos sino caminando con nuestros hermanos, todos
juntos", agregó. Queremos ser una Iglesia que salga
de casa para tender puentes, romper muros, sembrar reconciliaciones."
El
papa hizo alusión al término "reconciliación" al final de un viaje
precedido por el acercamiento entre La Habana y
Washington, históricos enemigos
irreconciliables que el 17 de diciembre pasado anunciaron la reanudación de sus
relaciones, promovida por el propio Francisco."Nuestra
revolución pasa por la ternura, por la alegría que se hace siempre projimidad,
que se hace siempre compasión y nos lleva a involucrarnos, para servir, en la
vida de los demás", dijo el papa en su homilía en el pequeño templo de la
patrona de la isla. En otro fragmento de
su homilía, el Papa subrayó que "el alma del pueblo cubano (...) fue
forjada entre dolores, penurias que no lograron apagar la fe, esa fe que se
mantuvo viva gracias a tantas abuelas que siguieron haciéndolo posible, en lo
cotidiano del hogar, la presencia viva de Dios". El pontífice
argentino aludía, aunque sin mencionarlo explícitamente, al periodo en que el
ateísmo fue impuesto en la isla tras la revolución cubana de 1959, en que las
autoridades comunistas miraban mal a los creyentes y los discriminaban.
Cuba
dejó oficialmente de ser atea en 1992 y pasó a ser laica. Las relaciones entre
el Estado y la Iglesia se hicieron fluidas a partir de la visita del papa Juan Pablo II en 1998 y ahora es interlocutor
privilegiado del gobierno de Raúl Castro. "Abuelas, madres
y tantos otros que con ternura y cariño dieron signos de visitación, de
valentía, de fe para sus nietos, en sus familias. Mantuvieron abierta una
hendija pequeña como un grano de mostaza donde el Espíritu Santo seguía
acompañando el palpitar de este pueblo", agregó Francisco.
En Cuba, un país de
11 millones de habitantes, donde un 60% se declara católico pero menos del 10%
acude a misa de forma regular, muchos creen en figuras religiosas como la
Virgen de la Caridad del Cobre, cuyo santuario es importante tanto para los
católicos practicantes como para los seguidores de las tradiciones afrocubanas
de la Santería.
La imagen de madera,
que mide unos 30 centímetros, se venera en una iglesia color marfil con altas
cúpulas rojas a la sombra de las montañas de Sierra Maestra en la pequeña
localidad de Cobre, a las afueras de Santiago. Un rincón de la iglesia donde
Francisco celebrará una misa está dedicado a ofrendas a la virgen, como exvotos
y miles de notas escritas a mano.
Encuentro con familias
A las 11 (mediodía
argentino), el pontífice mantendrá en la Catedral de Nuestra Señora de la
Asunción de Santiago, restaurada para celebrar los 500 años de la antigua villa
de Santiago en julio pasado, un encuentro con familias y bendecirá la llamada "Ciudad
Heroica".
El estado de la
familia es desde hace tiempo una preocupación para la Iglesia católica en Cuba.
Las privaciones económica y las sucesivas oleadas de emigración dejaron a
muchas familias rotas y divididas, y la Iglesia se ha centrado en los últimos
años en intentar fomentar valores tradicionales como el trabajo duro, el
respeto y la fidelidad, que muchos cubanos temen se hayan ido perdiendo con el
tiempo.
Esa preocupación
sobre la degradación moral es extendida entre los cubanos, al margen de sus
creencias religiosas.
El
primer pontífice latinoamericano arribó ayer a Santiago de Cuba desde la cercana Holguín, después de cumplir un
intenso programa en La Habana. Cuando llegó a
Santiago, el Papa acudió al santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre,
dejó un ramo de flores a los pies de la imagen, se santiguó y rezó, sentado y
en silencio, durante unos 10 minutos. Después se levantó y recitó una plegaria. El Papa tiene
previsto partir a las 12.30 hora local (13.30 en la Argentina) hacia
Washington, donde comenzará su segunda etapa de un viaje histórico por su apoyo
al restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que comenzó
en diciembre pasado, tras una mediación del propio pontífice.
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